Parashat: Jaiei Sarah

Por: Rav Aarón Harel

 

En nuestra Parashá le es ordenado a Eliezer - el sirviente de Avraham - ir al lugar donde nació su amo para encontrarle novia a Itzjak.

¿Por qué envía Avraham a su sirviente a Jaran? A primera vista, lo que le molesta es la forma de ser corrupta de las mujeres de la Tierra de Knaan. Pero si ese fuese el único problema, si la novia no estuviese de acuerdo a venir a vivir aquí con el sirviente, debería llevar a Itzjak a Jaran, y dejarlo vivir allí.

Pero no es así. El sirviente pregunta en forma explícita, ¿qué deberá hacer si la mujer no consentirá a venir con él? Y le responde Avraham: “Cuídate, no sea que dejes mi hijo allí… Y si la mujer no quisiere seguirte, entonces estarás libre de este mi juramento, pero no hagas volver a mi hijo allá” (Bereshit 24:6-8).

Es decir, Avraham está dispuesto a renunciar a la novia óptima para su hijo, con tal que Itzjak no salga de Eretz Israel (la Tierra de Israel) y no se vaya allí, a la impureza. Y todo eso, cuando la realidad aquí no es nada amistosa: “Y el Knaanita estaba entonces en la tierra” (Bereshit12:6). Y todos sabemos cuán pervertidos y paganos eran los Knaanitas… Hay quienes se equivocan y piensan que nuestro principal vínculo con la Tierra Santa es porque ella es el centro espiritual, es la tierra donde se encuentran los más grandes centros de Torá y del culto. Pero ese es un error. Nuestro sabios nos ordenaron: “Siempre se debe morar en Eretz Israel incluso en una ciudad donde la mayoría son idólatras, y no se debe morar en el exterior incluso en una ciudad donde la mayoría son hijos de Israel” (Ktuvot 110B). Es decir, vivir en Israel es preferible también cuando se puede conseguir en el exterior un ambiente espiritual mejor. El orden de prioridad es determinado según parámetros espirituales internos Divinos, y no según lo que vemos.

Por ello, es preferible que Itzjak se quede en Eretz Israel, incluso si eso quiere decir que se casará con una mujer de un nivel inferior – lo que seguramente le dificultará su culto a D’s. A los ojos de Avraham es preferible perder una de las santas matriarcas, con tal que Itzjak no regrese allí, no salga de la Tierra Prometida.

También hoy en día hay quienes están dispuestos a abandonar, incluso en forma temporal, la Tierra de la Vida y viajar a las Tierras de la Muerte para experimentar una vivencia espiritual de un tipo u otro. También Itzjak podía viajar “en forma temporal” a Jaran, y traer su novia con él, pero Avraham determinó: ¡“Cuídate…”! También en nuestros oídos deben retumbar esas palabras de nuestro patriarca Avraham: Debemos cuidarnos, no sea que salgamos de Eretz Israel, incluso en forma temporal. Continuaremos rindiéndole culto a nuestro D’s aquí, en nuestra tierra, una tierra en que “los ojos del Eterno, tu D’s, están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año” (Dvarim 11:12).

Cortesia: Majon Meir