EL DISFRAZ

 

Por: Boaz Fariñas

 

Esperamos con ayuda de HaShem bendito dar un análisis a lo que refiere el titulo pero desde lo que significa la vestimenta judía.

 

LA VESTIMENTA JUDIA

 

Existe algo que debemos tener muy en cuenta al momento de considerar las vestimentas judías. El hombre judío debe vestir, Tzitziot, Tefilin, y Kipah, muchos otros suman a estas vestimentas un saco largo y un sombrero (aunque no todos).

 

Sobre este tema el Rabino Aron Moss dice:

 

“Cuando perteneces a una comunidad donde todos se visten del mismo modo la única manera de sobresalir es que uno sea original, no su ropa. A la gente que nos rodea le llamará la atención nuestro carácter, el modo de tratar a los demás, el lenguaje, el valor de nuestro espíritu, el clamor de nuestro corazón, los sacrificios, la calidad de nuestras relaciones y la sinceridad de nuestros argumentos. Uno no puede esconderse detrás de una individualidad basada en el corte de pelo y la moda, debes ser un sujeto -REAL-".

 

Quizás esta idea tenga una validez puntual en y practica en Comunidades ya establecidas, o en Israel, donde hay muchísimos judíos que visten igual, con el clásico blanco y negro.

 

Pero en el Galut, donde hay personas que aun no alcanzan un proceso de conversión, que no pertenecen a alguna comunidad, y donde desde un punto de vista viven dedicados a aumentar en su apariencia y no en sus deberes como judíos, no tiene mucho sentido la idea planteada y quizás podemos entender que el asunto no es la apariencia:

 

“Para la tradición Judía lo que hace a cada persona un individuo único es su carácter, no su forma de vestir.

 

QUIZÁS EL ESFUERZO ESTA CANALIZADO MAL

 

Es muy preocupante que se desarrollen esfuerzos en la apariencia y no en el fondo de lo que realmente debemos cambiar. Cuando seamos juzgados por nuestros actos no nos servirá de mucho el argumento, “vestí de blanco y negro siempre”.

 

Creo el esfuerzo debe canalizarse en el cumplimiento de Mitzvot, y sobre todo en ser Or LaGoyim.

 

EL ASUNTO NO ES PARECER…EL ASUNTO ES SER!

 

Existe una historia en el libro “613 Historias” tomo 5 pagina 15 que dice:

 

“El pesado puño del gobierno romano amenazaba con reprimir cada último vestigio de judaísmo en Eretz Israel. Los romanos no estaban satisfechos con simplemente subyugar a los judíos; ellos exigían que sus súbditos judíos abandonaran sus formas obstinadas y se fusionaran sin solución de continuidad dentro de su imperio. Su forma de hablar, de vestir, sus costumbres, y lo más importante, la Torah y las Mitzvot, todo esto, insistía el gobierno, debe ser cambiado. Cada judío debe actuar como un romano. Quien no lo hacía sumariamente sería ejecutado.

 

Un posadero judío de mala gana accedió a las exigencias del gobierno. A pesar de la angustia de su alma, comenzó a servir cerdo y otras comidas no-kasher en su comedor. Sin embargo, secretamente mantenía kasher un rincón de su cocina, y a cualquier judío que aparecía en la posada le servía comida kasher en vez de no-kasher.

Mientras transcurría el tiempo y el gobierno se volvía mas opresivo, se hacía cada vez más difícil para el posadero discernir entre un judío y un romano. Todos se vestían iguales, ya que la falta de cumplimiento significaba la muerte. Cualquier hombre que entraba a la posada podía ser judío, a pesar de no tener barba y ni sombrero. ¿Cómo podía el posadero descubrir si sus huéspedes eran judíos o no?

 

El posadero se preocupo acercar del problema, y finalmente decidió realizar un examen cuidadoso de conducta a cada huésped. Si un hombre era judío, invariablemente se lavaría las manos antes de la comida; los gentiles no se preocupaban por esto. Por lo tanto, si un hombre se lavaba las manos, el posadero le servía comida kasher; Y si no lo hacía, el posadero sabía que era un autentico romano, y en cambio le servía cerdo.

Un día, un hombre entro al comedor del posadero y pidió una comida.

 

“Por supuesto, señor”, dijo el posadero amablemente. “Por favor siéntese”. “Le traeré su comida enseguida”.

 

El hombre fue directamente a la mesa y se sentó. El posadero, mirándolo, observo que no se lavo las manos ni recito una bendición.

 

“Es un gentil”, murmuro el posadero para si mismo. Esquivo el rincón kasher de su cocina y le sirvió a su huésped una copiosa comida de cerdo.

 

El hombre comió su comida con gusto y le pidió al posadero su cuenta.

 

“La carne son diez monedas”, comenzó a decir el posadero, “y el pan”.

 

El huésped lo interrumpió. “¿Diez monedas?” exclamo. “¿Por qué, yo comí acá ayer mismo, y usted solo me cobro ocho! ¿Por qué hoy me está exigiendo un precio más alto?”.

 

El posadero frunció el ceño. “Usted comió un corte de carne muy caro hoy, el mejor cerdo que tengo. Es por eso que le cobre diez monedas”.

 

La sangre se le fue de la cara del hombre; su cabello parecía estar de puntas mientras miraba fijamente al posadero horrorizado. “¿Cerdo?” murmuro. Se puso de pie bruscamente y le siseó en el oído del posadero: “¡Yo soy judío! ¿Cómo puede usted alimentarme con carne de chancho?”.

 

El posadero se echo hacia atrás, su propio rostro se encontraba pálido cuando se dio cuenta de que sin querer provoco que un compañero judío tropezara y comiera carne prohibida. “Tú estabas vestido como un gentil normal, como todos estamos obligados a hacerlo; ¡Sin embargo yo te observe y vi que no te lavaste las manos, ni tampoco dijiste una bendición sobre la comida! ¿Cómo podía yo saber que eres judío?

 

El hombre se hundió en su silla y escondió su cara en sus manos. Debido a que se descuido en una Mitzvah y no se lavo las manos, tropezó mas alla y transgredió: ¡comió las carne taref de un cerdo!. (Midrash Tanjumá).

 

 

Al hombre de la historia es un claro ejemplo de lo que estamos procurando analizar en estas líneas.

 

EL TZENIUT

 

La profesora Ana Contreras se Saravena Arauca dice lo siguiente:

 

“La esencia del ser está en nuestra alma, donde a través de lo que pensamos, hablamos y hacemos reflejamos lo que realmente somos, acompañado con el cumplimiento de las Mitzvot, el temor y amor a nuestro Creador, seremos personas integras reflejando la imagen de Hakadosh Barúj Hu, las vestimentas son algo secundario, pero es importante el ser recatados”.

 

No podemos olvidar el valor y la importancia del recato y la modestia que debemos tener al vestirnos.

 

REFLEXIONAR

 

El aspecto más importante es llegar a la reflexión y analizar ¿cuál es la verdadera intención de ser judío? ¿Solo impresionar al entorno donde vives con la apariencia? O ir más allá y afectar tu yo interno y luchar contra las malas inclinaciones que tenemos.

 

Eliel Subero de Maracaibo Venezuela dice: "Hay personas empeñadas en parecerse a un judío en ropas, dejarse la barba súper larga, vestir de blanco y negro todo el día etc, lo cual NO ES MALO, lo malo está en que se enfocan en esto antes que adquirir cualidades de judío piadoso".

 

 

“Quiera HaShem que podamos ser buenos y mejores judíos cada día”.