NUESTRA MALA COSTUMBRE DE ACUSAR A LOS DEMÁS

 

Por: Boaz Fariñas 

Es conocida la mala cualidad que tenemos de andar acusando a otros de nuestros errores. Se puede asumir dicha conducta como algo natural y originario en el ser humano. Necesitamos básicamente de cuatro cosas para tener una vida “normal”:

-. Ropa.
-. Alimento.
-. Refugio.
-. Y alguien a quien echarle la culpa.

Ante las transgresiones que cometemos siempre culpamos al Yetzer Hara (Inclinación negativa) de todas nuestras fallas y acciones alejadas de lo que dice nuestra sagrada Torah.

Pero ¿Qué es el Yetzer Hara?

Un comentario (nota) del libro –Derej HaShem- de Rabi Moshe Jaim Luzzato en Capitulo 3 pagina 29 dice lo siguiente:

“Aunque la palabra –Yetzer- se traduce generalmente como “instinto” o “inclinación”, esta proviene del verbo “Litzor” o “Leyatzer” que significa “Crear”; véase Bereshit 6:5 y 8:21. Y tal vez, la intención es que al “Yetzer” se lo llama de esta manera pues este es el producto del sentimiento o el pensamiento, es lo que estos crean; y puede ser Tov o Ra, bueno o malo”.


Según la anterior explicación nosotros mismos somos los responsables de “crear” una buena inclinación en nuestra vida.

Explica el Gaon de Vilna el Yetzer Hara no tiene ninguna fuerza sobre la persona si no le abre la puerta. Para entender la idea del Gaon hay que entender que hay tres niveles a los que la persona se enfrenta: uno debajo de él, uno por encima y uno a su nivel; 

-. El nivel debajo de él lo componen esas cosas que lleva en el subconsciente como prohibidas u obligatorias, que nada le hará transgredir o cumplir con su obligación. 


-. El nivel que está por encima de él se compone de las cosas que están fuera de su alcance, no las sabe o no las quiere saber que están prohibidas o que son obligatorias, como resultado las transgrede indiscriminadamente sin remordimiento de conciencia. 


-. El tercer nivel es cuando la persona opera en el que el esta, donde tiene duda si pecar o no, cuando la puerta se abre y se le permite entrar al instinto del mal, para “ayudar” a tranquilizar a la persona y a tomar la decisión sobre la cual está pensando; es en estas áreas grises de la vida de la persona que el Yetzer toma un rol activo.

Esto unido al comentario de pie de página del libro –Derej HaShem del Rabi Moshe Jaim Luzzato, podríamos entender que nuestra responsabilidad está vinculada estrechamente con las múltiples “malas decisiones (creaciones) que tomamos”. La facultad de poder elegir en la vida y de tener -Bejirá Jofshi- nos coloca en la posición de no estar echándole la culpa a nuestra “mala inclinación” si no más bien a la falta de tomar buenas decisiones, que nos ayuden a moldear nuestra manera de actuar y de comportarnos.

Así lo dice la Torah en Devarim 30: 15-19:

“Mira, que hoy he puesto ante ti la vida y el bien, y también la muerte y el mal. Yo Te ordeno hoy que ames al Eterno tu Elokim, que vayas por Su camino y que cumplas Sus preceptos, decretos y leyes; entonces vivirás y te multiplicarás, y el Eterno tu Elokim te bendecirá en la tierra adónde vas para heredarla. Pero si se desviara tu corazón y no obedeces, y te postras a otros dioses para servirlos, Yo declaro en este día que de seguro serán destruidos. No prolongarán sus días en la tierra que vas a heredar al otro lado del Jordán. Pongo hoy por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra, de que les di para escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Y escogerás la vida para que tú y tu simiente puedan vivir”.

Tenemos según enseña Rabí Moshe Ben Maimon libertad de elegir así lo explica en Hiljot Teshuvá 5:1:

“Cada persona tiene permiso para elegir conducirse a sí misma por el buen camino y convertirse en un justo o para seguir un mal camino y convertirse en un malvado. Esto es lo que está escrito en la Torah: “Y ahora el hombre es como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal” (Bereshit 3:22). 


Esto significa que el ser humano es único en la creación en cuanto que a través de su inteligencia puede distinguir entre el bien y el mal y en consecuencia puede elegir actuar de acuerdo con cualquiera de ellos; y no hay nadie que vaya a evitar que lo haga”. 

¿Por qué existen estos dos polos?

El RAMJAL lo expone de la siguiente manera:

“La sabiduría suprema decretó que el hombre este compuesto de dos opuestos, es decir: de un alma racional y pura, y de un cuerpo terrenal y físico, y que cada uno de ellos se incline naturalmente hacia su lado, es decir, el cuerpo hacia lo material y el alma hacia lo racional. Y también decreto que haya entre ellos una batalla, de manera que si el alma prevalece, ella se eleva y eleva al cuerpo junto con ella y ese hombre alcanza la perfección a la cual fue destinado; mas si el hombre permitirá que lo venza lo material, he aquí, el cuerpo se rebajara y hará que su alma se rebaje junto con el, y ese hombre no será apto para llegar a la perfección y quedara alejado de ella, ¡HaShem no lo permita! Pero aun así, ese hombre tiene la capacidad de someter lo físico a su intelecto y su alma y adquirir la perfección”.

La inclinación al mal nos puede ayudar a ser mejores, en la medida que podamos controlarla o incluso ponerla a trabajar a nuestro favor. La vida está llena de situaciones sumamente complejas y difíciles de sobre llevar, pero sin duda algunas de todas esas situaciones obtenemos grandes lecciones para nuestras vidas.

HaShem nos dio el antídoto contra el Yetzer Hara, como dice el Talmud Bavli, Kidushín 30b: “Yo creé la Inclinación al Mal y Yo creé la Torah como su antídoto”.

Yo mi principal enemigo

Ser judío es en entre tantas cosas enfrentarse a diario contra el principal enemigo que tenemos que somos nosotros mismos, luchar contra la inclinación negativa y lograr ponerla a trabajar a nuestro favor es una tarea titánica, no es imposible de lograr pero si titánica. 

El ser humano es un ser complejo, lleno de intereses de “ego” y de deseos que buscan satisfacerse a costa en la mayoría de los casos de cualquier cosa. Desde el punto de vista judío, cada espacio que tenemos en nuestro vida, cada área de nuestra esencia está altamente influenciada por eso que es “ser judío” algo difícil de definir en esta líneas pero que no deja de ser real y de afectar nuestra esencia como humanos que luchamos contra las imposiciones inconscientes que nos deja esta sociedad donde vivimos y de la que queramos o no somos parte, con una única diferencia “No somos como las demás naciones” eso lo decimos en el rezo y posible esa sección de la Tefilah le da respuesta a la batalla diaria que tenemos con el “Yo” que desea dominar desde un punto de vista negativo y esa inclinación al bien que cada día necesita más estrategias para someter a su siempre vecino el -Yetzer Hara-. 

Ser parte de este contaminado planeta, de sus sociedades, de sus vicios (en los que queramos o no los judíos hemos caído) nos obliga a buscar caminos de retorno a nuestra esencia, obviamente esto nos exige a dominar nuestro “Yo” y pensar en el “Nosotros” que es el pueblo judío en general.

Necesitamos entender que nuestro principal enemigo no es el otro que no somos nosotros, tener claro, que existen cosas en nosotros que debemos cambiar, que los judíos SOMOS UN PUEBLO y que nos necesitamos los unos a los otros.

No busquemos señalar los errores que tienen los demás, dedíquemosno a buscar ¿qué cosas en nosotros debemos cambiar? analicemos como el Yetzer Hara nos ha ganado terreno, elaboremos estrategias para quitarle el espacio que han ganado en cada uno de nosotros esas Midot negativas que procuran gobernarnos.

Tomemos medidas en todas las áreas de nuestra vida:

-. Tengamos cuidado donde y que miramos, el Yetzer Hara nos puede atacar por la vista. Es nuestra elección que mirar, asi que no nos coloquemos obstáculos innecesarios en el camino a ser bueno judíos.

-. Tengamos cuidado con cada palabra que pronunciamos, no olvidemos que tenemos contada cada una de las palabras que decimos, administrar nuestras palabras nos ayudara a alejarnos del Lashon Hara.

-. Reconozcamos el valor de la modestia, y procuremos rescatar dicho valor en nuestra manera de ser, de andar y comportarnos.

-. No provoquemos situaciones complicas en las que el Yetzer Hara quiera tomar la batuta.

-. Ocupemos nuestros pensamientos en el estudio de la Torah, no olvidando que “Los estudiantes de la Torah aumentan la paz del mundo”.

-. Cada día será una lucha contra nuestra mala inclinación eso nos representa una oportunidad para que nuestro Yetzer HaTov triunfe ante nuestras Midot negativas.

En conclusión

Es necesario entender que somos responsables por nuestras acciones, como lo dice el Jajam Amram Anidjar Sh”lita “Somos responsables de tres cosas, lo que vemos con nuestros ojos, lo que tomamos con nuestras manos, y adonde nos dirigimos”. 

Así también lo exprese Jaim Yafe líder del grupo de estudio Or GaHanuz: ”Somos nosotros los responsables de dichos actos, y no podemos escudarnos o justificarnos diciendo que fue el Yetzer Hará”.

Quiera HaShem que cada día podamos llegar a ser buenos y mejores judíos.